Esta disciplina enfocada como deporte para todos pretende no tanto ensalzar el deporte de alta competición como animar al mayor número posible de personas a practicar con regularidad una actividad física o un deporte de tiempo libre. Para los más jóvenes, que representa el 70 % de todos los practicantes, la iniciación al judo, de carácter lúdico, es una forma de descubrir su cuerpo y de preparación a una verdadera práctica deportiva la cual requiere algunos aspectos técnicos. De adolescentes su práctica será más técnica y de descubrimiento de los aspectos culturales. De adulto, el judoka podrá seguir la práctica tradicional, especie de deporte de equilibrio físico y mental o arte de vivir: el judo es un deporte que equilibra psíquica y mentalmente. En la tercera edad, con la condición de establecer algunas precauciones elementales, podrán seguir el estudio del judo a su ritmo, sustituyendo cada vez más la fuerza muscular por la armonía en el gesto.
El judo es un deporte en el que se ve involucrado todo el cuerpo y cuya intensidad y demanda cardiovascular pueden ser modulados perfectamente por el deportista. Combina perfectamente la fuerza, la táctica de combate y la técnica, con lo que se produce un desarrollo integral de la persona. En él hay que combinar una buena preparación física tanto de tipo anaeróbico como aeróbico, ya que a las acciones explosivas y de gran velocidad hay que añadir una gran resistencia para aguantar la duración de un combate.
Los niños practicando judo
Para su práctica, además se requiere una preparación física de base mínima que se mejora a medida que se aprende la técnica y es necesario llevar de forma paralela una preparación física general, que nos prepare para afrontar bien los esfuerzos. Como cualquier disciplina deportiva, exige un calentamiento previo para evitar las lesiones. También es conveniente realizar un programa de estiramientos musculares para poner al músculo en las condiciones idóneas antes de la sesión y para descargar la tensión muscular producto del entrenamiento.
El judo es un deporte que sigue una progresión en el aprendizaje de las técnicas que facilita su asimilación y evita accidentes. Lo primero que se enseña es a caer, y a partir de ahí comienzan a realizarse el resto de las técnicas. Es necesario contar con el material deportivo adecuado: un uniforme o judogi, y la superficie sobre la que se practica: el tatami. El judogi está compuesto por una chaqueta y un pantalón, además del cinturón, que son de algodón resistente para permitir los agarres, y el tatami que es una superficie que, sin ser demasiado blanda, impide que se produzcan daños en las caídas. Al ser un deporte que se practica descalzo, hay que ser muy escrupuloso en la higiene de los pies para evitar contagios y también cortes, por lo que se recomienda el uso de zapatillas para caminar siempre que se esté fuera del tatami.
Salvo en contadas excepciones como enfermedades graves que afecten al aparato locomotor (como la osteoporosis), este deporte lo puede practicar cualquier persona con las limitaciones propias de cada individuo. Además, hay que tener en cuenta que el judo no se trata de solo combate: también se puede practicar en forma de Kata, que es la ejecución de las técnicas a modo de demostración, y que exigen menos esfuerzo físico a los practicantes.
Es muy importante notar que, el Judo sentó las bases metodológicas y el sistema de grados por cinturones o grados kyu-dan para las artes marciales modernas japonesas, como el karate-Do y el Aikidō tanto en sus objetivos como en sus métodos de enseñanza, iniciales.
Beneficios psicológicos
Muchos estudios han demostrado los beneficios de la práctica del judo, especialmente en niños hiperactivos, con problemas mentales o en niños y adolescentes procedentes de familias disfuncionales, que presentan problemas de conducta tanto leves como severos, siendo el judo una de las disciplinas deportivas más recomendadas para estos casos.
Se tiene en cuenta que la mayoría de los jóvenes son agresivos por falta de autoestima, entonces una persona con buena autoestima no tiene necesidad de ser agresiva. En este sentido la práctica sistemática de este arte marcial contribuye decisivamente a aumentar la asertividad en niños y jóvenes, y en consecuencia a disminuir la agresividad. Adquieren una empatía especial al saber ponerse en el lugar de su compañero. Por todo esto el judo es, desde el punto de vista psíquico, una excelente escuela para la atención, la concentración y la reflexión mental, desarrollando principalmente la noción de respeto hacia sí mismo y hacia los demás.[cita requerida]
La práctica del judo aporta una serie de beneficios psicológicos como pueden ser:
- Desarrollo de la autoestima a nivel personal, social (escolar) y familiar.
- Desarrollo de las capacidades de autocontrol.
- Favorece la expresión de la afectividad.
- Evita conflictos emocionales.
- Seguridad en sí mismo.
- Desarrollo de la psicomotricidad
- Favorece la percepción de sí mismo, de los demás y del espacio.
Beneficios físicos
En cuanto a los factores físicos se ejercitan todos los músculos sin excepción, lo que logra en el niño un desarrollo armonioso y simétrico en la formación muscular y ósea; la práctica del judo le permite al niño fortalecer los huesos, incrementar la masa muscular y aumentar la elasticidad de músculos y tendones, sobre todo en edades de crecimiento.
En el judo se ve involucrado todo el cuerpo y su intensidad y demanda cardiovascular pueden ser modulados perfectamente por el practicante. Combina perfectamente la fuerza, la táctica de combate y la técnica, con lo que se produce un desarrollo integral de la persona. En él, hay que combinar una buena preparación física tanto de tipo anaeróbico como aeróbico ya que a las acciones explosivas y de gran velocidad generan una gran resistencia para aguantar la duración de un combate.
Los programas de enseñanza están preparados para que el niño mejore la coordinación y la psicomotricidad, cualidades imprescindibles en edades tempranas. Además, se practica descalzo por lo que previene y ayuda a corregir problemas físicos de crecimiento en niños como; pies (planos, valgos, etcétera), columnas desviadas (escoliosis, cifosis, lordosis).
Los ejercicios brindan un óptimo entrenamiento cardiovascular siendo aconsejado por muchos médicos como una disciplina fundamental para ciertos cuadros clínicos como por ejemplo asmas, problemas de columna, articulares, hiperkinesis, entre otros.
Salvo en contadas excepciones, como enfermedades graves que afecten al aparato locomotor (como la osteoporosis), este deporte lo puede practicar cualquier persona con las limitaciones propias de cada individuo. Además, hay que tener en cuenta que el judo no siempre es combate: también se pueden practicar en forma de katas, que es la ejecución de las técnicas a modo de demostración, y que exigen menos esfuerzo físico al practicante.
Investigaciones científicas han demostrado que la práctica no solo del judo, sino también de otras artes marciales tradicionales beneficia el desarrollo armónico de todos los órganos y sistemas del cuerpo en jóvenes y adultos, a saber:
- Sistema cardiovascular: mejora la irrigación y el volumen cardíaco mejorando la función ventricular. Aumenta la circulación periférica y cerebral y regula la presión arterial.
- Sistema respiratorio: regula el ritmo. Aumenta el volumen de ventilación pulmonar y ventilación alveolar.
- Sistema digestivo: mejora la función gastrocólica, regula y fortalece la perístasis. Tonifica el páncreas y el hígado.
- Sistema nervioso: protege la corteza cerebral a través de un mecanismo inhibitorio, regula el sistema nervioso vegetativo, aumenta la tolerancia al dolor.
- Sistema endocrino: regula y mejora las funciones endocrinas: glándula hipófisis, tiroides, testiculares, ováricas, suprarrenales y pancreáticas.
- Sistema inmune: aumenta el número y capacidad de linfocitos T. Aumenta las inmunoglobulinas, el número y actividad de los macrófagos.
- Sistema locomotor: fortalece huesos, incrementa la masa muscular y aumenta la elasticidad de músculos y tendones.
- Metabolismo: activa y regula el metabolismo de lípidos y azúcares.